Verifique rápidamente la identidad de un cliente nuevo y coteje el nombre del cliente con las listas de sanciones.
La mayoría de las compañías no cuenta con una base de datos que utiliza como fuente única de registros de los clientes. La duplicación genera más costos, se convierte en una fuente potencial de fastidio para el cliente (que podría recibir comunicaciones de marketing repetidas veces), y además se pierde la oportunidad de ver el panorama completo del historial de ese cliente. La tecnología de Ab Initio puede usarse para fusionar y desduplicar todo tipo de datos, logrando estandarizar y emparejar las variantes (como los nombres) automáticamente con criterios que son fáciles de modificar y probar.
Numerosos sectores (como el bancario) tienen que verificar que el cliente no esté incluido en ninguna de las incontables listas de sanciones. La solución de emparejamiento de patrones de Ab Initio sirve para identificar al cliente, diferenciar entre dos clientes con los mismos nombres o nombres similares y cotejar el nombre del cliente con las listas de sanciones. Debido a que el software de Ab Initio es muy rápido y tiene una tasa de falsos positivos muy baja, las compañías pueden recibir la información que necesitan rápida y eficazmente con rastreabilidad completa.
¿Cómo es posible tener un software de prevención de blanqueo de capitales que funcione de la forma deseada?
Un importante banco europeo que trataba de prevenir el blanqueo de capitales utilizaba un software que no funcionaba de la forma prevista. Incluso cuando el número de nombres era relativamente pequeño, resultaba sumamente difícil verificarlos en listas de sanciones. Esto enfadaba a los organismos reguladores.
Mediante la utilización de un software estándar de la industria para establecer coincidencias, el banco necesitaba varios meses para poner en funcionamiento reglas básicas. Posteriormente, el banco no podía explicar las coincidencias que se habían establecido. Y lo que es peor, los especialistas en el software tampoco podían. Los intentos de personalizar las reglas fueron infructuosos. Finalmente, el banco se enteró de que necesitaba productos adicionales de ese proveedor para obtener todas las funciones que precisaba.
El banco decidió contratar a otro proveedor. Esta nueva solución también demoró varios meses en implementarse, producía un número masivo de falsos positivos y llevaba días procesar solamente unos pocos miles de registros. Al igual que había sucedido anteriormente, era imposible determinar por qué el software había generado esas coincidencias.
En ese momento, el banco decidió hablar con Ab Initio.
Mediante la interfaz sencilla e intuitiva de Ab Initio para el desarrollo de reglas, la cual se asemeja a una hoja de cálculo, implementar el primer conjunto de reglas solo llevó un par de días. Una vez que se implementaron esas reglas, en menos de una hora, Ab Initio procesó el mismo conjunto de registros que antes llevaba días procesar.
Cuando se le presentó una lista de más de 100 000 coincidencias posibles, en menos de una hora, el software de Ab Initio determinó que casi la mitad de las coincidencias eran falsos positivos y proporcionó una pista de diagnóstico clara que mostraba por qué había obtenido esos resultados. Para cada entrada que se había marcado como coincidencia correcta o falso positivo, era fácil comprender por qué el software había tomado esa decisión.
Gracias a Ab Initio, finalmente el banco tenía un proceso de prevención de blanqueo de capitales que funcionaba de la forma deseada.