Con Ab Initio, puede implementar fácilmente ecosistemas híbridos y multinube, así como armar, probar e implementar aplicaciones nativas para la nube que se pueden ejecutar de forma distribuida en contenedores bajo Kubernetes.
Ab Initio está completamente integrado con la tecnología de contenedores y concebido para funcionar en cualquier plataforma, lo que facilita la transición entre distintos entornos de nube. Nunca se verá limitado a un solo proveedor de servicios en la nube porque puede trasladar perfectamente sus aplicaciones de una plataforma de nube o a otra, según convenga. Igualmente, puede distribuir su aplicación en varias nubes para aprovechar funciones o mejores oportunidades de precios. Por ejemplo, si una aplicación necesita muchos recursos, puede ejecutarla en la plataforma menos costosa en el momento en que lo necesite, o trabajar principalmente en el entorno local para aprovechar ciertas tecnologías o capacidades de procesamiento de la nube, según sea necesario. Ab Initio ofrece una gran flexibilidad que le permite desarrollar y ejecutar software de la manera más conveniente para su negocio.
Ab Initio se ejecuta en la nube y admite todas sus plataformas importantes, como AWS, Google Cloud, IBM Cloud, Microsoft Azure y Oracle Cloud. Ab Initio admite muchas de las tecnologías ofrecidas por estas nubes públicas —desde las API de RESTful, los microservicios y la mensajería de nube (Amazon Kinesis, Google Pub/Sub, Azure Message Bus y Kafka), hasta las bases de datos en la nube (Snowflake, Redshift, Synapse, RDS Aurora, BigQuery y muchas más), además de sistemas de archivos en la nube (almacenamiento S3, GCS y Azure Blob)—.
Con Ab Initio nunca se verá limitado a un solo proveedor de servicios en la nube.
La migración de décadas de desarrollo desde un modelo tradicional on-premises a la nube podría llevar años. No con Ab Initio.
Un proveedor importante de tarjetas de crédito de Estados Unidos desarrolló uno de los entornos de inteligencia empresarial más innovadores del mundo con software de Ab Initio. Después de décadas de desarrollo y operaciones on-premises (dentro del servidor y la infraestructura de la empresa), decidió aprovechar tecnologías nuevas, eliminar los centros de datos locales y optar por el almacenamiento en la nube.
No era sencillo trasladar un sistema que había sido desarrollado a lo largo de 20 años. Los datos se alojaban en un almacén de datos muy grande y caro. Existían 100 000 líneas de código SQL, lo que incluía SQL específico de proveedores, así como miles de grafos de Ab Initio. No se contaba con información detallada sobre qué grafos exactamente estaban en ejecución, con cuánta frecuencia se ejecutaban y con cuáles parámetros lo hacían. Esa información estaba enterrada en el sistema de programación de jobs y en los scripts de shell que iniciaban los jobs. Era necesario desenterrarla antes de proceder con la migración.
Ya que la automatización era la clave de este reto de migración, la empresa trabajó con Ab Initio para armar el sistema de automatización. En algunos casos, Ab Initio proporcionó herramientas de automatización y traductores listos para usar. En otros casos, ambos equipos trabajaron en conjunto para armar herramientas personalizadas de automatización. La traducción automática de la lógica de aplicaciones basada en Ab Initio es posible debido a la estructura exclusiva y al modelo de procesamiento controlado por metadatos de Ab Initio. Las herramientas de análisis de Ab Initio documentaron automáticamente las diferentes dependencias entre los jobs y los datos. Las herramientas desarrolladas por Ab Initio también analizaron cientos de miles de archivos de registro en tiempo de ejecución.
Esta migración llevó 18 meses, un período de tiempo increíblemente corto para un proyecto de esta magnitud. Trabajando con Ab Initio, el proveedor de tarjetas de crédito logró obtener un sistema que combinaba la resiliencia y la capacidad de aprovechar las tecnologías más avanzadas, y les ahorró millones de dólares.