El modelo de desarrollo visual de Ab Initio hace posible que desarrolladores y no desarrolladores puedan crear aplicaciones rápidamente sin necesidad de escribir código de bajo nivel.
Ab Initio permite que los analistas de negocios, científicos de datos y expertos en distintas disciplinas puedan limpiar y consolidar, procesar, integrar y preparar los datos para que se puedan entrenar los modelos sin tener que recurrir a los desarrolladores. Ab Initio automatiza y simplifica muchos de los detalles técnicos del desarrollo de aplicaciones al extraer los metadatos que se encuentran en el catálogo de datos. No es necesario saber cómo ni dónde se guardan los datos; el software de Ab Initio proporciona conjuntos de datos lógicos y todos los metadatos necesarios de forma automática.
El modelo de programación visual y el entorno de desarrollo gráfico de Ab Initio dan a los programadores la oportunidad de armar una lógica compleja sin necesidad de escribir código. Puesto que Ab Initio asume automáticamente muchas tareas básicas y tediosas pero necesarias para el desarrollo de aplicaciones, los desarrolladores expertos también sacan provecho del concepto de desarrollo gráfico de software de Ab Initio.
Cuando en el mejor de los casos las reglas de auditoría solo se pueden ejecutar una vez al año, es tiempo de buscar una solución.
Tener que esperar seis meses para determinar si hay discrepancias en los datos es un problema, especialmente cuando los organismos reguladores vienen de visita.
Para una importante empresa financiera, una demora de seis meses habría sido ideal. Sus informes más críticos se demoraban 12 meses y los informes menos críticos se podían ejecutar una vez cada dos años. Sus sistemas no admitían la ejecución de las reglas de auditoría más de una vez cada 12 o 24 meses. No tenía la capacidad de acceder a los datos necesarios a tiempo.
El desarrollo de nuevas reglas e informes de auditoría era un proceso lento que llevaba mucho tiempo. Para desarrollar nuevas reglas, un especialista en soluciones de negocio tenía que especificarlas y luego un desarrollador las codificaba. Si había problemas en la implementación (por ejemplo, si el especialista no especificaba la regla claramente o el desarrollador malinterpretaba la especificación), la depuración era lenta y tortuosa. Para cuando el especialista en soluciones de negocio determinaba que la regla era incorrecta, el desarrollador ya había sido asignado a otra tarea. En consecuencia, generalmente llevaba seis meses crear y depurar reglas e informes nuevos.
Lo que complicaba aún más el proceso era que los auditores necesitaban poder revisar las reglas. Ya que no podían leer el código, la institución financiera tenía que mantener documentación detallada de cada regla. Esta tarea se volvió más grande y propensa a errores porque existían miles de reglas. Por supuesto, los errores en la documentación llevaban a un mayor escrutinio por parte de los auditores, lo que generaba un círculo vicioso. La situación era preocupante.
Afortunadamente, la empresa solicitó ayuda a Ab Initio.
Utilizando productos de Ab Initio, la empresa de servicios financieros transformó completamente el desarrollo de reglas. Con Ab Initio, pudo definir fácilmente reglas para extraer datos desde virtualmente cualquier tipo de datoteca, transformarlos al formato necesario y cargarlos en cualquier destino. Este proceso sencillo permitió a los especialistas en soluciones de negocio escribir, verificar y depurar nuevas reglas sin la intervención de desarrolladores. En el primer mes, un puñado de especialistas sin conocimientos técnicos pusieron una docena de reglas nuevas en producción, algo que anteriormente habría sido imposible.
Ab Initio proporcionó mejoras significativas en el acceso a los datos y el rendimiento. Utilizando el software de Ab Initio, la empresa podía ejecutar sus reglas a diario en lugar de una vez cada uno o dos años. Los riesgos económicos y reglamentarios de la empresa disminuyeron drásticamente. Y como broche de oro, la interfaz intuitiva de Ab Initio permitió que las reglas pudieran autodocumentarse. En lugar de intentar mantener montones de documentación sobre las reglas, los auditores podían leer las reglas directamente.
En última instancia, la empresa pasó de ejecutar sus reglas anualmente a todos los días y de crear reglas nuevas en meses a días. Los ahorros en términos de un menor riesgo financiero fueron enormes. Y los ahorros por no tener la presión constante de los auditores fueron incalculables.